Donde dije digo

Cuenta Louis Menand en El club de los metafísicos cómo se forjaron las ideas que dieron forma al pensamiento y a los comportamientos de la nación más poderosa del planeta. Sí, Menand recorre la biografía de las ideas que revolucionaron la cultura, las leyes, la educación y la política de los Estados Unidos. Yo, personalmente, tengo más prisa por llegar a algunos lugares del libro que a otros; y, por fin, en un capítulo titulado "El hombre de dos mentes", me encuentro con Henry James padre y con los dos hijos de la familia James (William y Henry) que ocuparán más espacio en el futuro. Me detengo ante alguna de las "habilidades" de William James relatadas por Menand que más me llaman la atención. Entenderán enseguida el por qué de hacer un alto en estas "habilidades".
Veamos. Gracias a Menand nos enteramos de que James trabajó la mayor parte de su vida para defender a la vez distintas versiones del mundo ciencia moderna y fe religiosa, por ejemplo-, que James inventó una filosofía que permite hacer elecciones entre distintas opciones filosóficas, que James en definitiva consideraba la certeza como una muerte moral. James actuaba de manera decisiva cuenta Menand- y luego, con igual decisión, cambiaba de idea. Pasó de la ciencia a la pintura, de ésta a la ciencia y a la pintura de nuevo (John La Farge inmortalizó a nuestro filósofo ejerciendo como pintor allá por 1859), luego a la química, a la anatomía, a la historia natural y finalmente a la medicina. Los problemas de decisión con la que sería su futura esposa podrían entenderse desde la óptica de un hombre enamorado; pero a la hora de nombrar a uno de sus hijos queda claro que James navegaba en tramas irresolubles. A Francis (que así bautizó al pequeño) a veces lo llamaba John, y cuando tuvo siete años le cambió oficialmente el nombre por el de Alexander. La actitud de William James ante la vida puede resumirse con sus propias palabras: "cada estallido de sentimiento debería ser seguido por la actitud adecuada". "Y él era una persona concluye Menand- que tenía muchos estallidos. Que a veces estuvieran en conflicto entre sí no disminuía, a su juicio, su obligación de respetarlos".
Hoy, once de junio, no tocaba actualizar, de acuerdo; pero necesitaba cambiar de idea y contarles lo del libro de Menand y las "habilidades" de William James. Supongo que en sábados sucesivos, en el futuro, actualizaremos como siempre y las cosas seguirán como hasta ahora. O puede que todo cambie para no cambiar en absoluto, ¡quién sabe!
6 comentarios
pini -
y salió mi comentario.
(feliz como cuando logré hacer la vertical por dos segundos sin pared que me sostuviera)
pini, agotada de insistir -
imaginarás que a esta altura de la soiree tengo más ganas de darle un pelotazo a un vidrio que de hacerme la prima donna.
igual, todo lo que dije respecto de la frecuencia -vulnerada y qué suerte!-por vos, ya está dicho pero quién sabe en qué lugar del espacio interestelar habrá ido a parar.
voy a teletransportarme, a tomar un cafecito con mr. spock y pensar en imposibles.
un cálido saludo de secretaria.
que nada perturbe la calma, ni siquiera la protección antispam.
p.d.: ahora he puesto la respuesta antes del comentario, para que no me obliguen a romper la notebook, y perderme la posibilidad de la teletransportación.
ahi va el enviar.
26 -
;-)
Enrique -
Veintiséis: usted y yo nos conocemos ¿no es así?
veintiseis -
te permitiría ser del PP y homosexual, ser jesuita y del Opus, del Sevilla y del Betis, leer libros y ver la tele, creer en Dios y en itn.
carmen -
:-)